Einer Rubio y FUN: juntos construimos historia
Nacido de una familia de agricultores, el ciclista boyacense labró en el campo la dedicación y el tesón que le sirvieron de cimientos para alcanzar el alto rendimiento deportivo. En 2016 integró las filas de nuestro recién creado Equipo FUN y dejó una huella que hoy tiene eco.
Debido a la pandemia del Covid-19, mantiene su rutina diaria de rodillo, ejercicios de core, buena alimentación y un descanso apropiado. “En este país la cuarentena está bastante rígida. Ahora han empezado a bajar los valores de intensidad de difusión del virus, pero aún se mantiene la estructura establecida por el Gobierno. Trato de mantenerme ocupado, en casa, y de llevarla con calma y buena actitud”.
Cuando tenía 15 años, la familia Rubio Reyes se trasladó a Bogotá buscando mayores oportunidades, decisión que sería definitiva para su futuro. Un año después lanzó por los aires el birrete tras graduarse de bachiller en la Institución Distrital Nueva Colombia. Para ayudar a sus padres en la manutención, comenzó a trabajar en construcción. Como ayudante de obra, un trabajo de esfuerzo similar al del campo, construyó un corazón humilde, un gran temperamento y un sentido de la responsabilidad alto como un rascacielos.
Con la remuneración que recibió por alzar ladrillos, preparar el cemento, compró su primera bicicleta de ruta. “Fue mi gran tesoro”, recuerda.
Eco
Junto a Wilson Rincón en su paso por el Equipo FUN.
La clave
“En los años que compartimos juntos, sabíamos que Einer tenían las capacidades para llegar a ser parte del pelotón en el WT, al igual que pasó con Santiago Buitrago. Einer fue un ejemplo de constancia y de amor por el trabajo. Nosotros somos una pequeña parte en el proceso, los guiamos y les damos ese pequeño empujón, pero son ellos los que con su amor y su fortaleza y con el apoyo de su familia logran encontrar el camino”, afirma Esteban Chaves.
Durante su trayectoria en el Equipo FUN se destacó por sus capacidades como escalador, ganó la Vuelta a Risaralda y consiguió varios podios, entre ellos el de la Clásica Soacha y la Clásica Esteban Chaves. Su proceso de transición a la élite fue rápido, gracias a su disposición y a sus ADN. De allí saltó a Europa, a las filas del equipo Sub-23 Aran Cucine Vejus de Italia que logró posicionar con su liderazgo en lo más alto de la categoría amateur y participar en el Giro de Italia U-23 y el Giro de d’Aosta, las dos competencias de mayor prestigio de ese país. Ese fue el trampolín que le permitió, además de integrar la Selección Colombia, aterrizar en el Movistar Team, categoría UCI World Tour.
Ser parte de un equipo World Tour, cree Einer, es una oportunidad para demostrar las capacidades y para aprender de otras culturas. Además, quiere ser un buen ejemplo para aquellos que vienen atrás, en camino. Para él, “la vida es como una carrera. Será difícil, tendrá obstáculos, pero luego de todo siempre llega la recompensa”.