Soñar despiertos

A 86 kilómetros de Bogotá, empotrado entre montañas y cerca del Páramo de Guacheneque, se encuentra Villapinzón, uno de los municipios de Cundinamarca en el que viven más de 16.000 personas. Allí viajamos junto a 14 OCHOMILES en una nueva jornada de entrega de donaciones de implementos de ciclismo.

La escuela de formación en ciclismo del municipio, fundada hace 19 años y desde la que se trabaja por el desarrollo de ese deporte en la región, fue la elegida. Nos encontramos con familias humildes y agradecidas por la visita, y con jóvenes ciclistas muy emocionados de recibir los kits compuestos por prendas y accesorios que cientos de personas aportaron en la última campaña de FUN Box.

Apenas llegamos al velódromo, el lugar de encuentro y en el que funciona la escuela, Duván Felipe Gil estaba dando vueltas de calentamiento y de diversión. Fue el primero en llegar. Vestía su uniforme oficial y tenía puesto el casco. Su mirada, inocente y brillante de bondad, era un imán. Pedaleaba, esquivando el frío y la neblina de la mañana, con unos tenis convers azules y gastados por el uso. Poco a poco llegó el resto de integrantes de la escuela, muchos de ellos con sus mamás, sus hermanos, sus padres.

Tras bambalinas le preguntamos al chico la talla de zapatos, y buscamos entre el material unas zapatillas de ese tamaño. Luego de las palabras de bienvenida comenzamos a repartir los kits entre las niñas y los niños. Fue emocionante.

Duván Felipe, de 12 años, al abrir su paquete y ver unas zapatillas propias para practicar ciclismo, sonrío tanto que salió el sol. “Se siente bonito utilizar por primera vez unas zapatillas”, dijo feliz y saltando como para despertarse de un sueño. “Soy parte de este equipo tan maravilloso que nos ha apoyado mucho. Con esta cicla, en el futuro, quiero llegar a hartos lugares, lejos, y conocer a muchas personas. Un agradecimiento a la Fundación Esteban Chaves y a 14 OCHOMILES por este regalo”.

Bernardo Pedraza es técnico, entrenador deportivo y monitor de la escuela: “Les queremos agradecer a la Fundación y a 14 OCHOMILES por este gesto. Estos apoyos que nos enviaron los necesitábamos. Nos motivan bastante para seguir los procesos de formación y continuar guiando en la vida a estos jóvenes por medio del deporte”.

Dar es dar

Daniela Pinto Montaño tiene 11 años y hace parte de la escuela. Le gusta montar bici desde que era pequeña. Ha sido su juguete favorito. “Las prendas y los jerseys que nos dieron están muy bonitos. Me gustó mucho todo. Gracias a los que hicieron parte de FUN Box”.

Jairo Chaves es director general de FUN Esteban Chaves: “Con estos obsequios queremos que se motiven. El deporte es un estilo de vida. Sean o no profesionales, nos enseña a ser disciplinados, nos da salud, amigos, organización y la posibilidad de cambiar nuestra vida. Dos ejemplos de ello, son Nicolás Gómez y Manuel Contreras”.

Raíces

Una de los mensajes más potentes que nos dejó esta jornada, en la figura de Nico Gómez y Manuel Contreras, nacidos en Villapinzón y formados en esa escuela de ciclismo, tiene que ver con nunca olvidarse de las raíces y del lugar en el que cada uno creció.

Desde enero de este año ambos integran la categoría juvenil del equipo FUN Esteban Chaves. Son un fiel reflejo de que, si crees en ellos y los persigues con dedicación y esfuerzo, los sueños se cumplen. El ciclismo se ha convertido, pues, un motor para crecer y acercarse cada vez más a lo que anhelan.

Para Nicolás Gómez, de 17 años, la entrega de donaciones fue un momento muy especial: “Me siento muy orgulloso por haber pertenecido a esta escuela en la que me formé y pasé tantos años. No tiene precio ver la cara de los chicos al recibir un uniforme, unas zapatillas, unos guantes”.

A través de FUN Box trabajamos por aportar en la labor de clubes, academias y entidades en diferentes lugares de Colombia que sabemos necesitan de apoyos y de respaldo para promover la práctica del ciclismo entre la juventud.

Las pequeñas acciones cuentan y hacen la diferencia. Lo que produjeron unas zapatillas en Duván Felipe, un jersey en Daniela o un uniforme en Jaider, implementos tan simples y tan importante a la vez, logran transformar realidades y nos hacen a todos sonreír y reavivar la esperanza.